En búsqueda de información que alimente la toma de decisiones de políticas públicas, el Centro de Investigación Educativa CIEDU analizó los resultados de las pruebas de admisión de la Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica de Panamá y la Universidad Especializada de las Américas en los últimos 4 a 10 años. El proyecto fue financiado por la SENACYT y el CIEDU y su muestra representó un 60% de la matrícula universitaria (INEC, 2017), incluyendo todas las provincias y niveles socioeconómicos.
Resultados por género
CIEDU descubrió que en la UP y en la UTP los hombres alcanzaron puntajes significativamente más altos en las pruebas de admisión que las mujeres en las áreas de Educación; Comercio y Administración; Ciencias Sociales; Derecho; Humanidades, Arte y Comunicación; Medicina; y Salud. En UDELAS, en cambio, las mujeres rindieron significativamente mejor en Educación y Ciencias Sociales. En ninguno de los casos hubo diferencias significativas en Ingeniería y Tecnología.
En términos generales, los hombres parecen estar más preparados que las mujeres para enfrentar el nivel universitario en la UP y la UTP, pero no en UDELAS. Esto podría indicar cierta inequidad en el acceso a las tres universidades. Para interpretar estos datos, es entonces relevante también considerar las diferencias entre las tres universidades. La UTP es la universidad con el ranking más alto de las tres en cuanto a investigación, en el puesto 126 en en el año 2020 en el QS Latin American University Rankings, seguida por la UP en el puesto 149. UDELAS, por su parte, no figura en la clasificación. Adicionalmente, la UTP es la universidad por excelencia en Panamá dedicada específicamente a las carreras tecnológicas, áreas en donde de por sí suele haber menor proporción de mujeres; mientras que UDELAS es la universidad panameña fundada con una vocación de servicio social notoria en sus carreras, las cuales incluyen muchas áreas en las que predominan mujeres, tales como docencia y ciencias de la salud. El asunto se torna de relevancia al considerar que los países donde la próxima generación de mujeres se están convirtiendo en líderes, están alcanzando un mayor éxito en temas sociales, económicos y políticos (World Economic Forum, 2018).
Lo contrario sucede con los promedios de secundaria, que son significativamente más altos para las mujeres que los varones, y particularmente en mujeres que aspiran a carreras científicas y tecnológicas. Sin embargo, no alcanzan mejores puntajes en las pruebas de admisión. Este tema merece ser estudiado en futuras investigaciones. Estudios previos han asociado este fenómeno a la ansiedad relacionada a estereotipos de género que surge al momento de rendir un examen (Pérez Garín et al., 2016; Jhons et al., 2005; Castillo-Mayén & Montes-Berges, 2014). La amenaza además de “tener un efecto negativo en el rendimiento, podría tener también un efecto negativo en el aprendizaje” (Pérez Garín et al., 2016, p. 287). Pérez Garín et al. (2016) sugieren que revelar la existencia y el funcionamiento de este fenómeno a los participantes antes de realizar es una forma efectiva de revertirlo.
Resultados por carrera
En la Universidad de Panamá los estudiantes que escogen carreras en las áreas de medicina, ciencia, y arquitectura y diseño obtienen los puntajes más altos, respectivamente. En la Universidad Tecnológica de Panamá y en la Universidad Especializada de las Américas los estudiantes que escogen carreras en el área de Ingeniería y Tecnología obtienen los puntajes más altos. Estudiantes que escogen carreras en las áreas de humanidades, arte y comunicación; comercio y administración; y educación obtienen los puntajes más bajos, respectivamente. Resalta que los estudiantes que optan por estudiar educación, no solo están obteniendo los puntajes más bajos en la prueba de admisión, sino que estos puntajes son significativamente más bajos que el resto de la población universitaria.
En las tres universidades, tanto los puntajes de admisión como los promedios de secundaria obtenidos por los estudiantes que aspiran a carreras educativas son significativamente menores que los que obtienen los estudiantes que aspiran a las tres áreas con los puntajes más altos de admisión. ¿Cómo podemos atraer hacia la docencia al mejor talento humano del país para formar a las futuras generaciones? ¿Cómo podríamos preparar mejor académicamente a los estudiantes que optan por carreras educativas, pero que actualmente están rindiendo un bajísimo desempeño en la prueba de admisión universitaria? Cursos de preparación para las pruebas de admisión, que ayudan a reforzar el contenido de secundaria, existen para futuros médicos y han resultado exitosos. El programa Hacia la Universidad para estudiantes de las comarcas en SENACYT, o un programa de nivelación para egresados de las comarcas indígenas para estudiar medicina son otros ejemplos locales.
Resultados por escuela de proveniencia
El proyecto descubrió que entre los estudiantes en todas las áreas de carreras que provienen de escuelas particulares alcanzaron puntajes significativamente más altos en las pruebas de admisión que los que provienen de escuelas oficiales, a excepción del área Educación. Medicina es el área en la cual la diferencia es mayor.
Resultados por provincia de origen
En la Universidad de Panamá, los estudiantes que provienen de Chiriquí, Los Santos, Panamá y Herrera son los que alcanzaron los promedios más altos en las pruebas de admisión. Por su parte, los provenientes de las Comarcas y de Bocas del Toro alcanzaron los puntajes promedio más bajos. Los resultados se pueden agrupar en cuatro escalones de la siguiente manera: 1) Chiriquí, 2) Los Santos, Panamá, Herrera, Coclé, y Veraguas, 3) Colón, 4) Bocas Del Toro, Darién y Comarcas, con diferencias significativas entre cada escalón.
Las diferencias significativas entre los puntajes de estudiantes provenientes de escuelas oficiales y particulares y por provincias revelan las dificultades del sistema educativo panameño en torno a la capacidad para desarrollar competencias y conocimientos en los distintos sectores de la población. Este fenómeno le otorga un peso mayor a factores exógenos a la escuela en la definición de las trayectorias educativas exitosas y cuestiona la idea de la escuela como una institución igualadora de oportunidades. Los resultados también podrían indicar cierto desencuentro entre lo que miden las pruebas de admisión universitarias y el currículum de las escuelas oficiales (Gairín et al., 2009, p.23), al estudiar el sistema educativo panameño en todos sus niveles, se encontraron con “un currículo muy cargado en contenidos, muy fraccionado (14 materias en algunas etapas) y centrado en modelos transmisivos y memorísticos”. Estos resultados además resaltan la importancia de priorizar esfuerzos y presupuesto educativo en las zonas más afectadas por la inequidad, siendo estas Darién y las comarcas, para que las escuelas puedan realizar su función igualadora.
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